El pasado 14 de diciembre de 2019 culminó la tercera edición de El Sonidero Festival. Un espacio que busca su institucionalización tras albergar la diversidad cultural alternativa de Colombia en 3 días de eventos académicos, homenajes, circulación, shows, y demás, actividades que se enmarcan en la realización de una programación que fue agendada.
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El proyecto sonoro Pinó Moré de Bogotá y que por primera vez se presentaba en la ciudad y en la Costa Caribe, abrió la noche. Una banda que trajo enmochilada su primera producción discográfica titulada Bacatá y que fue interpretada casi en su totalidad, conjugando el Jazz y la música colombina, como experimento o sancocho sonoro lo como lo llaman, teniendo como gran referencia la latitud norte de nuestro país, a pesar de haber tenido problemas técnicos, sus músicos lograron sacar un show de aceptación ante su público.
Ya el caldero estaba encendido y Tropickup desde Barranquilla, puso a bailar a todos. Una bonita combinación entre los beats y el tambor se vivió, realizando un homenaje y una remembranza interpretativa a los ritmos tradicionales como la Pulla, Bullerengue, Champeta y la Cumbia. Puro Meke Caribe que no falta.
Ya a pocos minutos de la clausura, todos esperábamos a Velandia Y La Tigra, luego de casi ocho años aproximadamente de su última presentación en Cartagena de Indias, regresaban para ser el centro vivencial, de que lo alternativo y lo diferente, si tiene cabida social y cultural.
Muchas de sus canciones fueron himnos esa noche, todos gozamos de un show de un cuarteto que ha trascendido y que hoy por hoy, es un referente musical de querer lo autóctono con líricas verdaderas e independencia.
En definitiva, cayó el telón de una versión ensueño para sus organizadores.
Texto: La Música En Venas @LaMusicaEnVenas